COMO DEBE SER UN VENERABLE MAESTRO
No
precisa ser perfecto, solo que no sea mediocre.
No
precisa ser de los Grados capitulares; basta ser Maestro Masón, precisa
aprender y tener inmensa vocación para enseñar, principalmente con sus
ejemplos.
No
precisa ser un elocuente orador, debe hablar o callar, saber elegir los
momentos.
Precisa
saber sonreír y no tener pena de llorar por la infelicidad y
dolor
ajeno.
Debe
conocer y reconocer sus limitaciones y hacer de todo para supe
rarlas.
Para
ser un Venerable, tiene que tener una disposición indomable para
combatir, sin tregua, el vicio, la
corrupción, el crimen, el lucro fácil y sus propias ambiciones personales. Que
siempre se lo encuentre al lado de los enfermos y desamparados de justicia. Que
respete al prójimo, independientemente, del color, posición social, credo o
idealismo político. Que respete y preserve la naturaleza y los animales.
Para
ser un Venerable, debe amparar y ayudar a los hermanos, guardando como secreto
de confesión sus flaquezas, mas enalteciendo para todos sus virtudes. Precisa
gustar y conocer, profundamente, la Liturgia y la Ritualísticas de los grados,
combatiendo el oscurantismo, la intolerancia, el fanatismo, las supersticiones,
los errores e invenciones masónicas.
Para
ser un Venerable, no debe cerrar los trabajos de “Un sólo Golpe de Mallete”,
para no sacudir la egrégora de la Logia. Que haga Pompas Fúnebres para los
hermanos que partieron al Oriente Eterno, que haga adopción de Lubetones,
Confirmación de casamiento y Sesiones Magnas Cívicas con la presencia de
profanos para difundir el ideal masónico y que respete la soberana decisión de
la Gran Logia y de los altos cuerpos Masónicos.
Para
ser un Venerable, no precisa tener alto status, precisa dejar fuera las vanidades.
Que sea puente de unión entre las Logias, los hermanos y los Profanos, que
nunca sea parte de discordia. Puede haber sido engañado, mas no puede nunca
engañar. Debe saber perdonar y saber pedir perdón.
Para
ser un Venerable, no precisa ser financieramente rico, mas no puede ser
espiritualmente pobre. Precisa ser puro de sentimientos y debe tener como el
más grande ideal de tu vida la Masonería. Debe prestar auxilio a los Hermanos
visitantes y hacer con ellos, que se sientan como si estuviesen en sus propias
logias.
Para
ser un Venerable, necesita incentivar la presencia y los trabajos filantrópicos
de las Cuñadas y Sobrinas. Que se preocupe por la educación Profana y Masónica
de los sobrinos de hoy, que deberían ser Masones del mañana.
Para
ser un Venerable, no dar valor a los lujos. Que guste más del encargo, que de
cargos y pompas, que desempeñe con abnegación y fidelidad todos los encargos de
tan noble cargo. Que al término de su mandato prefiera ser Guarda Templo
Externo, en vez de Past Venerable Maestro. Puede ser electo
por la primera vez y si fuese reelecto, que no quiera perpetuarte en el poder.
Para
ser un Venerable, tiene que imitar al apóstol Pedro, para que sean sus
Maestros pescadores de hombres en el mundo profano.
Para
ser un Venerable, que te guste ser llamado hermano y que realmente sientas en
tu corazón toda la vibración y plenitud de lo que es ser un verdadero hermano.
Para
ser un Venerable, que no viva preso de las leyendas e historias de la Masonería
del pasado, más que escriba la más bella página de la Masonería del presente.
Para
ser un Venerable, que abrace, que sonría, que llore o que enjuague nuestras
lágrimas, para que tengamos la inevitable certeza de que la Masonería es realmente,
la inmaculada Escala de Jacob, que eleva al hombre de la Piedra Bruta a la
presencia de la mente cósmica universal.”
Anónimo.
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